Messi más diez

El fútbol es un deporte de equipo, sí. Y más aún cuando hablamos del Fútbol Club Barcelona. Sin embargo, hay un jugador que cuando aparece eclipsa a los demás. Y no porque sus compañeros jueguen mal (todo lo contrario), sino porque él lo hace tan exageradamente bien que no hay quien alcance su nivel. Efectivamente, ese jugador es Leo Messi. Él solo se ha encargado, una vez más, de desatascar el partido y mostrarle la senda del triunfo al Barça.

Y es que el Arsenal, plagado de bajas, salió al Camp Nou con un planteamiento muy defensivo. Xavi y Busquets tenían marcajes personales y esto dificultaba seriamente las salidas del Barcelona. Por ello, la circulación del balón era lenta y sólo sorprendían desmarques desde la línea de atrás. A los 20 minutos de juego, Diaby robó el balón en el centro del campo, Walcott se montó en la moto y le puso en bandeja el gol a Bendtner, que anotó tras el rechace de Valdés.

Pero a veces es mejor no despertar a la bestia. Messi se puso las pilas, y de que forma. Apenas dos minutos después del 0-1, el argentino cogió el balón, se plantó en la frontal y, tras un despeje fallido de Silvestre, reventó el esférico y lo alojó en la portería de Almunia. Ahí empezaba el show. La afición enloquecía y el Arsenal se defendía. Pero Messi volvió a aparecer. Metió un gran pase para Abidal, este centró y, después de un pequeño barullo en el área, volvía a aparecer 'la pulga' para batir a Almunia por segunda vez. No tenía suficiente y pocos minutos más tarde se plantó en el mano a mano con el portero español. Ante la salida de este, Messi picó el balón por arriba en una perfecta vaselina poniendo el tercero en el luminoso. Hattrick y todos a vestuarios.

La segunda parte perdió ritmo e intensidad. El Arsenal veía ya imposible la eliminatoria y bajó los brazos, sumado a que el Barça tenía el balón y no lo soltaba. Unos tímidos arreones de los ingleses pudieron recortar distancias, incluso Bendtner cabeceó al palo, pero la jugada estaba invalidada. El partido iba llegando a su final y Messi debió pensar que aún había tiempo para algo más. Entonces se plantó en el área y batió a Almunia por bajo. El portero español soñará esta noche con él, vaya tela.

Y todo esto en vísperas del partido del Bernabéu. Da la sensación de que cuando Messi coge la pelota no hay quien se la quite, que como encare a alguien le va a romper, que como se plante en la frontal la va a reventar, que en el mano a mano es eficaz, que es más veloz que nadie... No diré que es el mejor jugador de la historia, porque yo no pude ver en directo a Maradona o Pelé, pero actualmente, es único. Auténtico crack.

NUEVO BLOG