Diario de la Eurocopa: Día 18

El destino a veces tiene estas cosas. El primer partido que jugó España fue contra Italia. Un debut mucho más difícil de lo esperado pero que, igual que en el Mundial 2010, le sirvió a 'la Roja' para darse cuenta de que no es invencible. El domingo se cerrará el círculo. El último partido de esta Eurocopa será otro España-Italia, un epílogo perfecto para dar continuidad a un ciclo histórico. La azzurra derrotó, contra pronóstico de muchos, a la principal (o segunda, según los gustos) favorita, Alemania (2-1) y se plantó en la final con el descaro propio de su nuevo estilo de juego.

Prandelli está dejando a muchos boquiabiertos. Después de comenzar el campeonato jugando con De Rossi como líbero, ha ido dejando atrás la defensa de cinco para pasar a jugar con un centro del campo formado por Pirlo, De Rossi, Marchisio y Montolivo. Trabajo y calidad casi a partes iguales. Es donde se vertebra esta nueva Italia, amén de un Cassano que parece haber recuperado la versión de aquel futbolista que maravillaba en la Roma, y un Balotelli, que si tiene el día, hace sangre.

Özil se lamenta por la derrota

Alemania entró muy nerviosa a la semifinal, como si tuviera que demostrar algo, y esos nervios se transformaron en pánico después del primer gol de Balotelli. Poco después, cuando el jugador del City volvió a marcar, el pánico ya era auténtico pavor. Los de Löw quisieron apretar, pero era la primera vez que se veían a remolque y les faltó capacidad de reacción.

Pirlo dominó a sus anchas. Él es quien saca el balón, quien busca, quien acelera y pausa, quien da el primer pase y a veces el último. Es un genio. Es el mejor jugador de Italia y va camino de ser uno de los mejores de esta Eurocopa. Alemania había dado muestras de solidez hasta ayer. Se derrumbó como un castillo de naipes, como si de repente le hubiera entrado una gripe. Y no funcionó. Pasaron los minutos y ni los cambios dieron el golpe de efecto deseado.

Sólo un penalti transformado por Özil ya en el tiempo añadido permitió hacer soñar a los bávaros, pero ni las subidas de Neuer al área sirvieron para evitar la eliminación. Alemania se tiene que conformar, igual que en el Mundial 2010, con llegar a las semifinales. Una nueva maldición se abre paso.