Diario de la Eurocopa: Día 17

Cuando dentro de unos años todo haya cambiado muchos echarán la vista atrás y recordarán esto. Un ciclo que comenzó en 2008 y que en 2012 sigue en pleno auge. Una época inigualable que muchos nunca hubieran imaginado vivir. Una selección que intentaba ser fiel a un estilo, que apenas encajaba goles, que tenía la posesión del balón, que ganaba títulos. "Eran momentos felices para el fútbol español", dirán esos mismos que ayer (y días anteriores) bufaron de la selección y del seleccionador.

España jugará su tercera final en cuatro años. Ayer volvió a sufrir y tuvo que derrotar en los penaltis a Portugal (2-4) después de empatar sin goles durante 120 minutos. El gran momento de forma físico de los lusos complicó sobremanera el juego de los de Del Bosque, hasta el punto de llegar a desesperar a los jugadores de 'la Roja'. Moutinho, Meireles y Veloso fueron un punto negro en el centro del campo y no dejaron crear a los bajitos. Por si fuera poco, Nani actuaba muchas veces como lateral.

Cesc y Casillas corren a abrazarse

España tuvo siempre más posesión, pero nunca llegó a tener una ocasión clara desde dentro del área, y costaba mucho finalizar las jugadas. Pero había algo distinto a otros partidos. Igual que en el Mundial, esta selección llega mejor al tramo final que al inicial y ayer aguantó a la perfección. Además, la defensa mostró una solidez nunca antes vista durante esta Eurocopa. Ramos y Piqué formaron un tándem perfecto, Jordi Alba volvió a deslumbrar por la izquierda y en la otra banda Arbeloa cuajó su mejor partido en el torneo.

Portugal fue más durante los 90 minutos reglamentarios porque supo contrarrestar a la perfección a España, pero el depósito de gasolina, que parecía infinito para los de Paulo Bento, llegó a la reserva. Se tuvieron que marchar Veloso y Meireles y con ellos se marchó la solidez defensiva de los lusos. Se abrieron espacios y Xabi Alonso comenzó a batir líneas con sus pases para aprovechar la velocidad de Pedro y Navas. Cambios polémicos de nuevo los de Del Bosque, pero que resultaron efectivos, igual que el de Fábregas, a la postre.

Entonces, en esa media hora de regalo, España barrió a Cristiano y compañía. Tuvo ocasiones para adelantarse pero la fortuna le fue esquiva y no tuvo más remedio que recurrir a los penaltis, como ya hiciera en los cuartos de final ante Italia en 2008, para volver a probar el sabor de la gloria. Desde los once metros sólo falló Xabi Alonso. Iniesta, Piqué, Ramos (espectacular lanzamiento a lo Panenka) y Cesc hicieron el resto y le dieron la oportunidad a la selección española de ser la protagonista de un ciclo histórico de títulos.