domingo, 10 de mayo de 2009

Un Rayo cae sobre las ilusiones charras

Desde una hora antes del comienzo del partido ya calentaban el ambiente las dos aficiones. Las pervisiones eran muy buenas y se cumplieron, 11.006 espectadores acudieron en la tarde de ayer al Helmántico, de los que aproximadamente 1.000 procedían de la capital. Una gran atmósfera de fútbol, un estadio como hacía mucho que no se veía y dos equipos jugándose el ascenso, todo preparado para que el balón comenzara a rodar.

Los primeros minutos fueron de tanteo, los dos equipos salieron con mucho respeto y el Rayo presionando muy arriba la salida de balón del Salamanca. Apenas se vieron ocasiones hasta que, en el minuto 14, en una internada por la banda izquierda, Jofre sirvió un balón franco y raso a la frontal para que Piti, con la zurda, mandara el balón a la portería de Alberto, que poco pudo hacer ante semejante golazo. El banquillo saltó como un resorte y la hinchada visitante enloqueció.


A partir de aquí fue la Unión quién asumió el peso del partido. Fiel a su estilo, intentaba sacar la pelota jugada desde el portero mismo y el Rayo replegó un poco sus líneas. Los tres mediaspuntas mostraban su movilidad intercambiando sus posiciones. De entre ellos, Quique Martín era el que se mostraba más participativo y Cohen quién peor partido hacía (una vez más). La primera parte siguió esta tónicahasta el final, con mucho toque del conjunto local pero sin encontrar el último pase y, por consiguiente, sin crear demasiado peligro, salvo un córner de Salva Sevilla que casi se cuela directo en la portería de Cobeño.

Nada más comenzar la segunda parte, el míster unionista hizo un doble cambio: entraron Jorge Alonso e Isaac Jové y salieron Cohen y Quique Martín, este último con problemas en los abductores. Sin embargo, las sustituciones no tuvieron el efecto deseado y todo seguía igual: un Salamanca sin profundidad y un Rayo guardando el resultado, con las líneas muy juntas y perdiendo todo el tiempo que podían. Esto, unido a la actuación del árbitro, acabaron por desesperar a la parroquia charra, que veía como el sueño se esfumaba.Además, sin grandes alardes, el Rayo gozó de algunas ocasiones claras, como el gol anulado por supuesto fuera de juego en una falta lateral, o el tiro al larguero de Jofre en el minuto 70 que habría supuesto la sentencia.


Sin embargo, los aficionados locales se llevaron al menos una alegría ya que vieron debutar al nigeriano Akinsola, que fue recibido con una sonora ovación. Y a punto estuvo precisamente el delantero de marcar el gol del empate en una jugada dentro del área pequeña. Unos instantes después, Miku efectuó un remate a la salida de un córner ante el que Cobeño respondió con una espectacular palomita.

Fueron estos 15 últimos minutos los mejores de la Unión, que acogotó al Rayo en su área a base de balones "a la olla". Miku tuvo otra ocasión clarísima y, cuando el partido ya agonizaba, hubo una triple ocasión en el área del Rayo que la defensa del conjunto madrileño consiguió desbaratar milagrosamente.

El partido concluyó. Quienes se desplazaron desde Vallecas volvieron a casa contentos y, con un poco de suerte, con alguna de las camisetas que los jugadores les tiraron al final del encuentro. El Rayo sigue vivo en la lucha por el ascenso, aunque los de arriba no den concesiones. Por su parte, el Salamanca queda apeado definitivamente del sueño de jugar en Primera la temporada que viene. Otra vez será...



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