Parece que si a uno le va bien en la competición liguera no le puede ir de la misma forma en el 'torneo del K.O.', si no que se lo pregunten al Atlético de Madrid y al Sevilla.
Los colchoneros, tras su ridículo en Huelva, se han resarcido esta tarde en Valladolid. Si el pasado jueves se les acusó de dejadez, pasotismo y falta de actitud, hoy poco se les puede reprochar. Desde el primer minuto se pudo percibir el cambio. Aunque sin grandes alardes, los jugadores mordían, presionaban, se movían y parecían más serios. Juanito y Cleber Santana fueron los que pagaron los platos rotos y Forlán, pese a todo lo que se comentó, fue de la partida. Si bien es cierto que el Valladolid fue un flojo rival, con poca presión en el centro del campo y con escasísimas llegadas al área rojiblanca. Fruto de esta poca presión, Raúl García tuvo tiempo para controlar el balón y dar origen a dos goles con un par de magistrales pases en largo. Forlán resucitó, volvió a marcar y calla las bocas que tanto le critican. Reyes anotó su primer gol con la camiseta del Atlético y Jurado fue el encargado de inaugurar el marcador a pase del sevillano. Además, el Kun regresó con otro tanto. Una cara nueva del conjunto madrileño, cuyo futuro sigue siendo una verdadera incógnita, teniendo en cuenta el gran cambio que puede experimentar en apenas tres días.
El Sevilla es el caso contrario. Dio la campanada tras ganar 1-2 en el Nou Camp y encarrila la eliminatoria de octavos. Sin embargo, los hispalenses contaban con numerosísimas bajas para afrontar el partido contra el Racing de Santander, entre las que se encontraban Navas, Kanouté o Luis Fabiano. Últimamente, el Sevilla no estaba dando la talla en el Pizjuán y hoy no ha sido menos. Pero el Racing, y sobre todo un inconmensurable Canales han tenido gran parte de culpa. La exhibición de Colsa y Lacen en el centro del campo ha sido excepcional, con constantes ayudas y coberturas. Los cántabros defendían sin dejar un solo hueco y arriba jugaban con gran rapidez y movilidad. Munitis y Canales se asociaban perfectamente, combinando grandes paredes para cogerle la espalda a la defensa sevillista. Lo poco salvable del Sevilla que ha jugado plano y lento, Capel y Romaric.
Bien en la Liga, mal en la Copa, y al revés.
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