Si hay algo que le pone picante al fútbol son los goles y estos no faltaron, precisamente, en el clásico por excelencia holandés. Estos partidos con tanta tensión suelen salir de dos maneras: con pocos tantos y dureza en el juego y en las entradas o, como fue el caso, con goleada, ritmo y ocasiones.
Un Philips Stadion a rebosar acogía, en la tercera jornada de la Eredivisie, el derby entre PSV Eindhoven y Ajax de Amsterdam. A buen seguro que pocos de los asistentes esperaban ver hasta siete goles y, mucho menos, encontrarse con el primero de ellos en el primer minuto. Este cayó como un jarro de agua fría ya que los visitantes, tras un fallo garrafal del portero Isaksson, tomaron ventaja en el luminoso. El Ajax salió enchufado al terreno de juego y ejercía una agobiante presión ante la salida del balón del conjunto local, que no conseguía trenzar ninguna jugada. Sin embargo, a los 37 minutos el húngaro Dzsudzsák empataba el partido y lideraba lo que parecía ser la reacción del PSV. Una reacción que duró apenas dos minutos, lo que tardó Luis Suárez en marcar su segundo tanto y poner de nuevo por delante al Ajax.
Con el resultado de 1-2 se llegó al descanso y las cosas parecían estar muy negras para los locales, ya que su primer tiempo no fue nada bueno. Además, su delantero Ola Toivonen, estaba desaparecido y practicamente no había 'rascado bola'. Pero las tornas cambiaron y quién salió en tromba en los segundos 45 minutos fueron los jugadores del PSV. La grada enloqueció ante la actitud del equipo y así, a los cinco minutos de la reanudación, Bakkal ponía el empate a dos. Pocos minutos después, una falta botada por Dzsudzsák desde la banda derecha, se envenenó y acabó entrando por la escuadra. Los locales tomaban ventaja por primera vez en el partido.
Pero el Ajax no se vino abajo y una contra bien llevada terminó con un zurdazo de Emanuelson desde la frontal del área devolviendo el empate al marcador. No se conformaron con el gol ya que un cabezazo a la cruceta a la salida de un corner y un posible penalty pudieron sentenciar el encuentro pero a falta de 15 minutos para el final, Bakkal transformaba su segundo gol en el partido fusilando al portero desde dentro del área. Poco más pudo hacer ya el Ajax por llevarse algo positivo del Philips Stadion. Un auténtico partidazo con ritmo, ocasiones y sobre todo goles.
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