La competición más sucia

Si hay un ejemplo de un torneo que sea públicamente amañanado ante los ojos de todo aquel que quiera mirar ese es la Copa del Rey. Y no tiene nada que ver con la época de turbulencias por la que atraviesa la Casa Real.

La Copa, probablemente la competición más apasionante que ha tenido el fútbol español hasta hace unos años, es una mentira. Desde la Federación se han propuesto, y lo han conseguido, cargársela. El apodado torneo del KO cada vez lo es menos gracias al sistema de eliminatorias impuestas a dedo para que los equipos grandes pasen de ronda prácticamente sin despeinarse. Afortunadamente el fútbol depara sorpresas y los planes no siempre salen como uno espera.

A los encargados de amañar este torneo, para unos migajas y para otros tantos una vía de escape hacia el cielo, no les habrá sentado nada bien que Albacete, Alcorcón y Mirandés se hayan plantado en octavos de final, ni que otros como San Roque de Lepe u Oviedo hayan plantado cara a los todopoderosos. "No arrastrarán tanta audiencia en televisión", pensarán los que ven euros en vez de balones sobre el césped.

La Copa del Rey era una verdadera Copa del Rey cuando el sorteo, como en Inglaterra o Alemania, era puro. ¿Quién no recuerda al Madrid dándose un gran batacazo en Toledo? ¿O ver al Barcelona superado por la Gramanet? Aquello eran verdaderos KO. Ahora tenemos una pseudoCopa, en la que los equipos de Segunda División B tienen varias guerras civiles para poder alcanzar el premio de enfrentarse a un conjunto de Champions. Más de lo mismo con los clubes de Segunda, que primero se eliminan entre ellos para poder optar a enfrentarse a un Primera. ¿El resultado? Todos los equipos de Primera División metidos por la fuerza en dieciseisavos de final, sin desgaste alguno y jugando la eliminatoria a doble partido, con la vuelta en casa, eso sí, no sea que haya que remontar. Luego dicen que el calendario está cargado. Un espectáculo bochornoso.

Si, por casualidad, Albacete, Mirandés o Alcorcón vuelven a dar la campanada y se plantan en cuartos de final, imagino a muchos en la Federación tirándose de los pelos al ver un equipo de Segunda o Segunda División B en esta eliminatoria tan avanzada.  Por si fuera poco, ahora amenazan a Albacete y Mirandés con excluirles de la competición si dejan entrar a las radios a sus estadios. Esto es lo más cercano a una dictadura en el fútbol. Suerte para los tres 'tránsfugas', ellos representan al fútbol modesto.