De Rossi, por enésima vez

Sería exagerado decir que, desde que tengo uso de razón, el Real Madrid está intentando fichar al centrocampista de la Roma De Rossi temporada tras temporada, pero sí es cierto que todos los años leemos en el Marca, como es en esta ocasión, o en el As, la misma noticia.

Algo cambia, sí, y es el nombre del entrenador que esté a cargo del equipo blanco en ese momento. Ahora, supuestamente, Mourinho ha pedido a este jugador porque, claro, jugó contra él cuando dirigía al Inter de Milán y lo conoce muy bien. Igual de bien que Pellegrini, Juande Ramos... ¿No hay nada más importante como para tener que recurrir siempre a este tipo de pseudonoticias? Ya está bien de rumores. Los diarios deportivos se hacen muy pesados cuando llegan los períodos de fichajes o cuando, como sucede últimamente, salen supuestos intereses en supuestos fichajes que al final nunca acaban llegando a nada.

En esos tiempos, estos diarios se convierten en pura rumorología, en muchos casos infundada, y cada vez más se sirven de noticias que salen de los medios sensacionalistas británicos cuando, de todos es sabido, la mayoría son puras invenciones. ¿Que el Real Madrid acaba fichando a De Rossi? Genial, y será una buena noticia porque es un grandísimo jugador, pero ya está bien de marear y engañar tanto a la gente.

Un señor detalle

Todavía quedará en la retina de muchos la imagen de aquel jugador de la UD Salamanca cayendo desplomado sobre el césped del estadio Helmántico en el encuentro que enfrentaba a su equipo con el Betis. Era Miguel García, y estuvo a punto de perder la vida de no ser por la rápida intervención de los doctores Calero y Garrido, que realizaron una labor encomiable.

El sábado se cumplirá una vuelta entera desde que se disputara aquel encuentro en el que, por unos momentos, se hizo un silencio sepulcral al ver al futbolista tendido en el terreno de juego sin moverse. Miguel García estuvo médicamente muerto durante unos segundos, pero luchó con todas sus fuerzas y consiguió salir adelante para alivio de todo el mundo del fútbol y, sobre todo, de su familia. Ahora el Real Betis se desmarca con un buen gesto y ha invitado al ya ex futbolista al palco del Benito Villamarín para presenciar el choque del sábado (18:00 horas).

Un gran detalle con Miguel, que durante unos instantes consiguió que dos aficiones olvidaran sus escudos para unirse en un mismo sentimiento de angustia por el manchego. Por suerte y, sobre todo, gracias a los médicos, todo salió bien y el sábado podrá estar en Sevilla.

Sí se puede

Eran trece jornadas consecutivas sin saber lo que era ganar. Los jugadores tenían un bloqueo mental enorme. La afición comenzaba incluso a dudar del compromiso de algunos de los futbolistas. El equipo había caído hasta puestos de descenso. Pero, por fin, ayer se vio la luz al final del túnel. La Unión Deportiva Salamanca volvió a conseguir una victoria. Volvió a sumar tres puntos. Volvió a ganar, que es de lo que trata el fútbol.

El rival no se presentaba como el más propicio para levantar una racha tan nefasta como histórica, ya que el Villarreal B es de esos equipos llenos de jóvenes talentos que tratan el balón con sumo cuidado. Y ayer no fue menos. En la primera mitad, hubo unos minutos de tanteo en los que el 'minisubmarino' parecía llevar la iniciativa pero sin llegar a poner en serios apuros a Biel Ribas, que volvía a la portería. Sin embargo, la UDS avisó con un clara ocasión en la que Kike López, sólo ante el portero, decidió pasar el balón a Marcos Márquez en vez de tirar, pero su centro fue despejado por la defensa. Poco después, el Salamanca consiguió anotar un tanto precioso por medio de Brian Sarmiento. El argentino colocó el balón en la misma escuadra del meta villarrealense levantando de su asiento a los aficionados que habían acudido al estadio Helmántico. Un gol espectacular y que valía su peso en oro.

Los segundos 45 minutos fueron de verdadero infarto. El Villarreal B introdujo dos cambios de inicio y se hizo con el control absoluto del partido. Se erigió en el dueño del balón y puso a la UDS contra las cuerdas. Fue un milagro que los amarillos no consiguieran el tanto del empate después de las numerosas ocasiones de las que gozaron. Una de las más claras llegó en el minuto 88, cuando un disparo de Iago Falqué pegó en el poste y, cuando otro jugador villarrealense de disponía a empujar el rechace en boca de gol, llegó Arbilla para despejar el balón casi sobre la línea. Los corazones latieron ayer en el Estadio Helmántico a muchas más revoluciones de lo normal. Al término del partido, varios jugadores del Salamanca se dejaron caer sobre el césped como si no se creyeran que sí, que por fin lo habían conseguido tres meses después. Las celebraciones se sucedieron y los gestos de alegría volvieron a las caras de los futbolistas blanquinegros.

Si bien es cierto que, aunque se haya logrado esta ansiada victoria que se espera suponga un punto de inflexión, la imagen en la segunda parte no fue buena y la Unión salió viva por poco. Aún hay mucho que mejorar, pero el primer paso ya se ha dado.