jueves, 26 de noviembre de 2009

Nada cambia

Y esque la vida sigue igual. Cada jornada uno tiene la esperanza de que algo cambie, de que el Madrid por fin explote, que el Atlético despierte... pero 90 minutos después volvemos a la realidad. El Real Madrid gana, sí, pero no convence. Y los colchoneros, ni eso.

En el Bernabéu se esperaba hoy otra cara de los merengues. El rival invitaba a ello, y ya se pudo ver en el partido de ida. Los madridistas salieron con las ganas propias que se le deben poner a un partido de Champions, pero eso es una cosa, y el acierto es otra. La posesión fue en exclusiva para los blancos, pero sin crear excesivo peligro. Una circulación de balón demasiado lenta como para sorprender a las dos líneas de cuatro que planteaba el Zurich. Una vez más, todo el juego corría por el centro, las bandas quedan inéditas en este Madrid. En uno de estos barullos, Kakà cogió el esférico en la frontal y se lo puso a Higuaín para que este batiera por abajo a Leoni. Era el minuto 20. A partir de aquí, se atisbaron unos minutos de buen juego de los locales, pero se quedó en un espejismo. La segunda parte fue aún peor. A los blancos se les acabó la gasolina, cedieron metros y perdieron el balón. El Zurich, sin tener ocasiones claras, poco a poco se iba acercando. Y sobre todo iba metiendo el miedo en el cuerpo al personal, tanto que cualquier bola colgada al área, por mala que fuera, asustaba. Esta vez Casillas no tuvo que actuar de 'santo', pero la imagen del Madrid no fue ni mucho menos buena. Lo único salvable, el regreso de Cristiano, que hizo enloquecer al público en los 20 minutos que tuvo.

El Atlético sigue sin levantar cabeza. Ni Quique Flores, ni Agüero, ni Forlán... nada hace cambiar la situación. Un triste empate a uno es lo único que ha podido cosechar hoy el conjunto colchonero. A los cinco minutos de juego, Mirosavljevic, más conocido en España como 'Mortadelo' por su paso por el Cádiz, inauguraba el marcador rematando a placer desde el área chica. La defensa cada día suena más a chiste. A raíz del gol, el 'Atleti' intentó reponerse del gol pero la suerte no acompañaba, además de que los rojiblancos evidenciaban una gran falta de ideas en ataque. Ya en la segunda mitad, pasado el cuarto de hora, Agüero servía un balón al área que se encargaba de despejar el meta del APOEL. El rechace lo aprovechó Simao para poner el empate. El Atlético siguió buscando el segundo pero no lo encontró. Lo menos malo, que quedan terceros de grupo y prácticamente se aseguran jugar la Europa League, ya que el APOEL lo tendrá difícil para puntuar en su visita a Stamford Bridge.

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lunes, 23 de noviembre de 2009

Ni contra diez

El partido se presentaba muy difícil para la UDS. Un rival que aspira al ascenso, situado en los puestos de honor, y con jugadores con una clase indiscutible como Farinós, Rufete, Delibasic… Sin embargo, la suerte pareció sonreirle al conjunto charro y al cuarto de hora el Hércules se quedó con un hombre menos. Rufete saltó con el codo por delante golpeando bruscamente a Endika. 75 minutos por delante y jugando en casa, el camino parecía allanarse.

Pero la expulsión provocó que los unionistas comenzaran a tener prisas por marcar un gol que no llegaba. Aparecía el ansia y el público se empezaba a desesperar. El Hércules, pese a estar en inferioridad, no se sentía incómodo, e incluso gozaba de alguna que otra oportunidad clara que Biel Ribas, de nuevo el mejor del Salamanca, se encargaba de desbaratar.

En la segunda mitad más de lo mismo. La Unión quería tener un poco más el balón, aportaba la posesión pero sin ningún peligro sobre la portería de Calatayud. Tanto es así, que las ocasiones más claras para tomar la delantera en el marcador fueron para los alicantinos, sobre todo un mano a mano de Delibasic que salva una vez más Biel Ribas. La mejor oportunidad para el Salamanca la tuvo Linares. Faltaba un cuarto de hora para el final del partido, el balón llegó en la banda izquierda para Salva Sevilla que centró raso al área y el rechace del meta del Hércules le llegó a Linares que, libre de marca y desde el punto de penalti, estrelló el esférico incomprensiblemente contra el larguero.

De ahí hasta el final poco más que contar, salvo un inocente tiro de Azkorra desde dentro del área y la entrada de Jorge Alonso por primera vez como visitante en El Helmántico. El recibimiento, división de opiniones. El público la tomó con el equipo y con el míster charro, que contribuyó a la bronca con unos cambios extraños. Concluyó el encuentro y un pobre empate sin goles es lo que quedó. Lo cierto es que este Salamanca sigue sin funcionar y sin saber a qué juega. Queda mucho camino.


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martes, 17 de noviembre de 2009

Las contradicciones de Roures

Hace unos días, Jaume Roures, presidente de Mediapro, hizo unas declaraciones manifestándose en contra del fútbol en abierto. Este señor fue el mismo que el año pasado puso el mercado de los derechos audiovisuales del fútbol patas arriba, proclamando que el fútbol debía ser un bien público y ofrecerse gratis. Para ello usó su cadena de televisión LaSexta, ofreciendo hasta tres partidos cada jornada. Sin embargo, su objetivo no era otro que el de ir en contra de PRISA y Digital Plus.

Así Roures consiguió que muchos clubes incumplieran sus contratos con Audiovisual Sport (Sogecable). Estos le denegaban el acceso a las cámaras de AVS a los campos e impedían así la producción de los partidos, pasando a correr por parte de Mediapro.

Pero el fútbol es un producto que no puede sostenerse de esta forma y LaSexta se veía obligada a meter una gran cantidad de publicidad para poder hacer frente a los nuevos contratos millonarios. Esta cadena llegó incluso a cortar la emisión de un partido para dar paso a unos cuantos anuncios, algo lamentable y que nunca había ocurrido. Los aficionados se quedaron perplejos.

Una vez acabada la guerra del fútbol, Roures sale afirmando que la emisión en abierto de partidos genera pérdidas millonarias a los clubes, en torno a 100 millones de euros por encuentro. ¿Cuánto perdieron entonces el año pasado por culpa de su capricho y de su política hostil? La famosa ‘Ley Cascos’, aprobada por el político Álvarez Cascos en 1997, obliga a ofrecer un partido gratis cada jornada, debido al “interés general”. ¿Luchará ahora Roures por derrocar esa ley?


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jueves, 12 de noviembre de 2009

Los sueños, sueños son

No habrá más partidos de Copa para la Unión. Se terminó. Ni Barça, ni Sevilla, ni Alcorcón... eso será ya cosa del Racing. El contundente 4-1 que le ha endosado el equipo cántabro a la UDS deja a los charros fuera del bombo de octavos. Pero uno puede estar orgulloso de la imagen que ha ofrecido el Salamanca en el global de la eliminatoria.

El Sardinero tenía ganas de ver al nuevo Racing. Nuevo no por fichajes, sino porque ya no estaba Mandiá. Una aceptable entrada para ayudar al equipo a remontar el 1-0 de la ida. Los locales salieron con ganas y Tchité avisó a los pocos minutos de juego en un mano a mano con Bernabé que el guardameta supo resolver. Sin embargo, el Salamanca no se encontraba incómodo y, cuando le ponía pausa al juego, conseguía enlazar varios toques seguidos. Jurado y Hugo Leal intentaban aportar calma y toque, y conseguían que su equipo llegara a tener momentos de buen fútbol. Se notaba el bajo momento por el que estaba pasando el Racing ya que sus jugadores mostraban ansiedad y cierto desorden. Por si fuera poco, Despotovic se revolvió en el área, dejó el balón de cara para Perico que enganchara una magnífica volea. El esférico se colaba por la escuadra de Coltorti.

Fue un punto de inflexión ya que, a partir de aquí, la UDS vio demasiado fácil la eliminatoria y, sin saber muy bien por qué, tras la buena primera media hora, optó por replegarse, retrasar líneas y dedicarse a defender. Gran error del conjunto de Oliva que no sabe jugar de esta forma. Por ello, a los 36 minutos, Munitis, libre de marca tras un gran pase a la espalda de la defensa de Xisco, conectó con Tchité que batía de cabeza a Bernabé. El de Burundi fue el mejor de largo y se marcó un auténtico partidazo. Aún estaba lejos la remontada pero Laionel se la puso en bandeja al Racing. Un penalty tan claro como absurdo, a falta de un minuto para terminar la primera mitad, se encargó de transformarlo el propio Tchité. Bernabé, que ya paró dos penaltys frente al Castellón en primera ronda, llegó a tocar el balón con la yema de los dedos, pero no lo suficiente como para enviarlo fuera.

En la segunda parte los locales no bajaron el ritmo y acogotaron a un Salamanca que poco pudo hacer. A los 12 minutos de la reanudación, Tchité regateó al portero unionista y Murillo, que llegaba desde atrás, introdujo el balón en su propia portería. Él no quería. Ahí ya estaba el Racing en octavos. Poco después, un recién incorporado Kike fue objeto de una dura entrada de Sepsi. El lateral debió ser expulsado ya que era el último hombre, pero Muñiz, que no tuvo una afortunada actuación, sólo le mostró la amarilla. Xisco, en una posición más que dudosa, se encargó de sentenciar la eliminatoria en el 74 con un gran gol con el exterior. Tres minutos más tarde, el Racing se quedó, ahora sí, con un hombre menos, por la doble amonestación a Morris. Pero a la Unión ya no le quedaban fuerzas ni fe. Hugo Leal tomó el mando del conjunto charro pero nada pudo hacer. Los cambios de Azkorra y Toti no aportaron nada, al igual que el de Kike.

Los 300 unionistas desplazados hasta Santander no dejaron de animar a lo largo de los 90 minutos, algo que fue reconocido incluso por la propia afición del Racing. Todos ellos viajaron pensando en que el sueño se podía hacer realidad, pero se quedó en eso, un simple sueño. La Unión iguala su mejor clasificación en la Copa desde hace siete años. El año que viene se volverá a intentar.

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miércoles, 11 de noviembre de 2009

Y llegó el gran día

El miércoles 11 de Noviembre de 2009 puede quedar en el recuerdo de muchos aficionados unionistas durante mucho tiempo. Es el gran día. En El Sardinero habrá mucho más que un partido de fútbol en juego. Una afición estará pendiente de lo que ocurra a partir de las 21:00 horas. Tras años de pasar por la Copa del Rey con más pena que gloria, siendo eliminado a las primeras de cambio por equipos como el Mirandés, mañana la Unión puede volver a encontrarse en octavos siete años después.

Las aguas del Sardinero andan revueltas y el Salamanca quiere pescar algo en ellas. Mandiá, apuesta personal del presidente Pernía, fue destituido el pasado lunes y mañana ocuparán el banquillo racinguista Juanjo González y Fede Castaño, dos hombres de la casa. Ayer martes, el técnico unionista facilitó la lista de convocados para intentar llevar a cabo la gesta. Todo apunta a que la referencia arriba volverá a ser el serbio Despotovic, que reapareció marcando un gol el pasado sábado tras cinco jornadas de ausencia. ‘Despo’ se encuentra en un gran momento y siempre ha dado la talla en los partidos que ha disputado con lo que, a buen seguro, se dejará la piel en el campo.

Se espera que unos 300 salmantinos, que se desplazarán en autobuses y coches particulares, estén arropando al equipo. Los demás, lo veremos por la televisión. La Unión parte con ventaja tras el 1-0 de la ida. Que gane el mejor.

domingo, 8 de noviembre de 2009

Con más corazón que cabeza

Ayer el Helmántico volvió a ser testigo de otro partido extraño. Y esque ese puede ser el adjetivo que defina a la Unión de esta temporada, extraña. Este Salamanca de Juan Carlos Oliva no tiene un estilo definido, no sabe a qué juega, no tiene identidad. El equipo combina fases de buen juego (o un intento de ello) con bajones terribles que cuestan goles. Ayer, la UDS ganó al Levante en los últimos siete minutos.

La primera parte fue más o menos igualada, si bien es cierto que era el conjunto local quien quería llevar el peso del partido. Con Jurado y Endika en el doble pivote, faltaba un mediocentro que pusiera el toque y la clase, por lo que fue el primero de ellos el que se atrevió a llevar el peso ofensivo en el centro del campo. Cuéllar y Toti tenían un papel activo por las bandas y Despotovic se peleaba con los centrales del Levante en busca de oportunidades.

El pasado domingo, el lateral izquierdo Rossato fue señalado por la grada como uno de los principales culpables de la derrota ante el Girona (0-1). Pero ayer se cambió la careta y se puso la de héroe. Así, en una de sus subidas por la banda, el brasileño se plantó en el pico derecho del área levantina y conectó un potente zurdazo que se coló en la portería defendida por Reina. Poco después, Cuéllar elaboró una gran jugada y le sirvió el balón en bandeja a Toti, pero su tiro, sin portero, lo sacó un defensa bajo palos. Ya se sabe que si perdonas lo pagas, y eso fue lo que sucedió cuando, en el minuto 37 Xisco Nadal se deshizo de Raúl Gañán y centró para que Pallardó, sin oposición, rematara al fondo de la red. Antes del descanso, Rubén pudo poner por delante al Levante, pero Biel Ribas acertó a despejar el balón.

En la segunda mitad la Unión salió con la caraja. Falta de fluidez, imprecisiones, poca posesión… el pueblo empezaba a impacientarse. Por si fuera poco, Rubén se coló en el área charra y, en el mano a mano, batió al portero unionista poniendo a los levantinos por delante en el marcador. Los pitos hacían su aparición en la grada y se preveía una buena bronca al final del partido. Además, los visitantes seguían creando ocasiones claras que no acertaban a transformar. El míster charro tiró de banquillo y dio entrada a Perico primero, y Hugo Leal y Linares después. Este último fue quien, a pase del portugués, se zafó de dos defensores y tiró a puerta. El rechace lo aprovechó Despotovic e igualó el partido. Quedaban tan sólo siete minutos y los aficionados olvidaron el mal juego y se volcaron con el equipo. De esta forma, a falta de tres minutos, Rossato volvió a aparecer, y ‘enchufó’ una falta desde 35 metros que se coló en la portería de Reina. Un golpeo fuerte y con efecto que llevaba la locura a las gradas. Al Levante se le escapó un partido que debía haber ganado. La Unión ofreció una muestra más de que la suerte, este año, sí está de su lado.

martes, 3 de noviembre de 2009

Sabor agridulce

Cuando un equipo viene de una racha mala, tanto en resultados como en juego, cualquier mejoría es notable y se agradece. Si además viene acompañada de una victoria mejor que mejor. Hoy, Real Madrid y Atlético han cumplido con la primera parte, la de la mejoría, pero no pudieron culminar la segunda.

Los merengues llegaban a San Siro con el objetivo de vengarse del Milan por su victoria, hace dos semanas, en el Santiago Bernabéu. La principal novedad era que Pellegrini volvía a dejar a Raúl en el banco en favor de Benzema e Higuaín, que con sus goles ante el Getafe se ganó el puesto de titular. Sin embargo, este no cuajó un gran partido. La primera parte fue muy intensa y gozó de mucho ritmo. Unos equipos largos, jugando a pecho descubierto desde el primer minuto. En teoría ese ritmo le venía mejor al Real Madrid, que era quien trataba de llevar el peso del partido, pero el Milan avisaba con un excepcional Pato. Kaká volvía a casa y lo hacía con ganas. No paraba de ofrecerse, de tocar el balón y de chutar a portería. Uno de estos tiros, tocó en la defensa 'rossonera' despistando a Dida, que dejaba el balón muerto para que Benzema inaugurara el luminoso. Pero la alegría duró poco ya que cinco minutos después un discutido penalty por manos de Pepe lo transformaba Ronaldinho de manera impecable. Está fuera de forma, se nota, pero para tirar penas máximas todavía está. Más tarde habría un gol anulado a Pato por supuesta falta del brasileño. El árbitro se llenaba de gloria poco a poco. Lamentable el colegiado, un novato en Champions que al cuarto partido le ponen a pitar nada menos que un Milan - Madrid, normal que su actuación fuera tan aciaga.

En la segunda parte, como era de esperar, los dos equipos bajaron el ritmo considerablemente. El Madrid no se encontraba, las buenas sensaciones transmitidas en la primera mitad se esfumaron. El equipo estaba descompensado porque Kaká y Marcelo no se entendían. Tan pronto estaban los dos en la misma banda, como que estaban estorbándose en el centro. Higuaín no se enteraba de qué iba la cosa y Xabi Alonso y Lass no conseguían imponerse a Seedorf, Pirlo y Ambrosini en el centro del campo. Unos segundos 45 minutos para olvidar que pudieron salvarse en la recta final si no fuera porque Dida se sacó de la chistera una gran mano a tiro de Raúl y posteriormente de Marcelo. El Madrid se complica la clasificación aunque sigue dependiendo de sí mismo.

El Atlético, por su parte, estrenaba técnico en Champions. Quique Flores volvía a escuchar esa sintonía que pone los pelos de punta. Con el Kun Agüero como suplente por precaución arrancaba el partido. Los colchoneros sabían que la clasificación para octavos estaba harto difícil y el Vicente Calderón ni siquiera se llenó. Sin embargo, querían salvar el orgullo de plantarle cara a todo un Chelsea, líder de la Premier. El partido no fue malo, mucho mejor, sin duda, que cualquiera de los anteriores que jugó el 'Atleti'. José Antonio Reyes, renacido y ya reconciliado con la grada fue titular y puso los detalles de calidad y las mejores ocasiones. Pese a las ocasiones, los rojiblancos no conseguían marcar y Quique dio entrada a Agüero, que no defraudó. Un centro desde la banda izquierda de Antonio López cayó en las botas del argentino que, sin dejarla caer, batía a Peter Cech. La grada se las prometía muy felices y aún veían la luz allí a los lejos. Sin embargo, la recta final fue de infarto. En el 82, Drogba cabeceaba a la red empatando el partido y, seis minutos después se marcó una pedazo de jugada que acabó en el 1-2. Pero aún no se había acabado. En el tiempo añadido, una falta a escasos metros de la frontal del área se encargó de transformarla magistralmente el Kün Agüero. Al final, reparto de puntos que no le sirve de nada a los Atléticos que ya no tienen aspiraciones matemáticas de pasar de ronda. Pero siguen mejorando, salvaron el orgullo y ahora se podrán centrar en arreglar el desaguisado de la Liga.